En el muro norte del desaparecido Teatro Popular de Bogotá, este grafiti es una prueba de que el bloguero que estas líneas escribe puede ser algo radical y apresurado. En efecto, cuando estaba comenzando el proyecto "Bogotá en Bogotá" afirmé (acá) que no estaba desarrollado en la ciudad el noble arte de saltarse los circuitos de distribución comercial del arte. Sin duda los diez años que pasé por fuera desarrollaron prejuicios injustificados. Me merezco el jalón de orejas.
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2 comentarios:
Disculpado quedas
Espléndida muestra de que hay vida más alla de los volúmenes y las geometrías. Gracias.
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