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lunes, julio 09, 2012

Día 887

El río San Francisco tiene este aspecto en la zona media de su curso, justo antes de llegar a Bogotá y ser canalizado. No estamos lejos del chorro de Padilla, que erróneamente se consideró durante siglos como una de las fuentes de agua potable de la ciudad.

viernes, abril 20, 2012

Día 814

Queda esta casa entre los cerros de Monserrate y Guadalupe. Por la izquierda de la imagen, encañonado, fluye el río San Francisco, el más importante de la historia de Bogotá.

domingo, noviembre 13, 2011

Día 671

Este puente surca el río Arzobispo a la altura de la carrera Octava. Una nube que oscurecía el fondo y avanzaba hacia el fotógrafo ayudó a resaltar su aire algo bucólico.

viernes, agosto 12, 2011

Día 586

Tramo final del río Arzobispo, antes de sumirse bajo la avenida NQS y convertirse en el caño de la Treinta. Ojalá que la recuperación de su curso también abarque el sector entre este punto, y la carrera Veinticuatro.

miércoles, mayo 25, 2011

Día 523

La gran película sobre Colombia la dirigirá un ecuatoriano. Se estrenará en 2018. (Profecía # 3).

domingo, septiembre 05, 2010

Día 291

La quebrada La Vieja marca la frontera norte del territorio del presente blog. Su corto cauce entre las calles bogotanas ha sido recuperado, y por fortuna me decidí a explorarlo una tarde soleada.

miércoles, junio 30, 2010

Día 226

El río San Francisco fue la primera fuente de agua y la principal alcantarilla de Bogotá. Como esas funciones se solapaban, las epidemias de tifo eran hecatombes. A principios del siglo XX fue canalizado, dando lugar a la calle Trece o Jiménez, hoy Eje Ambiental. En la foto se aprecia el último tramo antes de fluir bajo esa avenida, algunos metros arriba de la Quinta de Bolívar.

miércoles, mayo 19, 2010

Día 185

Muchísimo antes de la afortunada llegada de fotoshop (que no empleo sólo porque no domino su programación) ya se había debatido à volonté sobre lo vulnerable que es la fotografía a la ley universal según la cual un simple elemento significativo puede invertir el sentido global, máxime cuando se trata de un objeto cultural. Significativa e instantánea fue en efecto la inclusión de la bolsa negra, situada en la esquina inferior derecha, que ilustra el objeto de esta entrada. De hecho, la imagen dejó de ser el alegre momento de sol en que fue posible retratar "el último río de Bogotá", para convertirse en una ilustración de su pobre estado de conservación. El amable lector de este blog es afortunado al no tener que vérselas con el hedor de esas aguas más que a través del elemento simbólico.

martes, febrero 23, 2010

Día 111


La sabana en la que se asienta Bogotá estuvo surcada por una gran variedad de ríos, arroyuelos y chorros. El más grande y el que definió el sitio de fundación de la ciudad fue el San Francisco, que recoge las aguas bajantes del páramo entre los cerros de Moserrate y Guadalupe. Aunque la nostalgia lleva con naturalidad a imaginarlo diáfano y cristalino, los registros históricos cuentan por el contrario que su cauce era una cloaca a cielo abierto. Ahora bien, pese a lo mala-nociva-perversa que sido Bogotá con sus ríos, la contaminación de sus cursos de agua parece un fenómeno inevitable en un centro urbano pensado con base en las ciudades medievales europeas. En ese sentido, la bolsa negra de la esquina inferior derecha tiene como fin recordarnos tantea hediondez. Sin embargo, es de extrañar y de lamentar que para acabar con el mal la solución haya sido acabar con su canal. En la imagen se aprecian al respecto los vestigios del puente Boyacá, antiguo puente Las Aguas, situado en las actuales carrera Tercera con calle Diecinueve. Me atrevería a decir que se encuentra en buen estado de conservación si su fecha construcción no fuese tan reciente como el primer año del siglo XIX.