
Walt Disney es por desgracia el artista más influyente del siglo XX. La fabulosa fuente de ingresos de la industria basada en su estética puede impedir que se advierta lo obvio, y es que los ojos saltones y alegres de sus objetos o animales antropomórficos son objetos compuestos. En cuanto creación, el universo resultante tuvo que atravesar por diferentes momentos, búsquedas y apuestas, algunas con éxito otras sin él. Durante la Segunda Guerra Mundial, el personal de los estudios Disney se vio fuertemente diezmado por las condiciones bélicas, de modo que se tuvo que recurrir a las películas "paquete", llamadas así por estar compuestas por cortos y mediometrajes. Son notables por su heterogeneidad, pasando con toda alegría de melancólicos ballet a frenéticas fabulas de personajes delirante, llenos de ocurrencias y humor, a veces negro. Los más destacados son a mi juicio
Bumble Bugee, de "Melody Times" (1948), y
All the Cats Join In de "Make Mine Music" (1946).