lunes, octubre 25, 2010
Día 336
Fue el aguacero de ayer en la tarde un verdadero diluvio. Comenzó con pepas de granizo que sonaban ¡poc! contra el cráneo. Luego llovió a cántaros. (Vean el árbol de Navidad que ya empieza a elevarse junto a la estatua de Bolívar).
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3 comentarios:
Le sapin de Noël, l'arbre de la vie, traditions païennes - l'arbre coupé, c'est une castration, mais ce phallus de Bogotá est artificiel, c'est moins douloureux quand il est coupé.
La lluvia cae fuerte, se ve con claridad. Pero aún así el protagonista que acapara toda la fuerza de la escena no es ella, es ese instante mágico de equilibrio imposible.
Me gusta especialmente esta foto, la decisión del hombre que se enfrenta al aguacero.
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