Es en esa nube negra donde seguramente se desorienten los comentarios en la red. Te ruego, amigo E. C. Pedro, que elijas cielos más propicios para el viaje de los mensajes, los tuyos me resultan especialmente gratos y preferiría no tener que prescindir de ellos.
En efecto, Viola se revela imprescindible. No lo he visto en directo pero no descarto un viaje para ello. Si es al Pompidou con mayor motivo. Este cielo bien merecería un reflejo suyo.
Javier, no hay lío con las nubes. De veras parecen amenazantes, pero creo que su inclusión en el blog se debe más a la pieza de Vivaldi (La tormenta) que a otra cosa. Un abrazo.
3 comentarios:
Es en esa nube negra donde seguramente se desorienten los comentarios en la red. Te ruego, amigo E. C. Pedro, que elijas cielos más propicios para el viaje de los mensajes, los tuyos me resultan especialmente gratos y preferiría no tener que prescindir de ellos.
En efecto, Viola se revela imprescindible. No lo he visto en directo pero no descarto un viaje para ello. Si es al Pompidou con mayor motivo. Este cielo bien merecería un reflejo suyo.
Un cordial abrazo.
Javier, no hay lío con las nubes. De veras parecen amenazantes, pero creo que su inclusión en el blog se debe más a la pieza de Vivaldi (La tormenta) que a otra cosa. Un abrazo.
Las condiciones geográficas y atmosféricas de la sabana hacen que las nubes de Bogotá sean únicas en el mundo.
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