El planetario de Bogotá recuerda desde arriba a una oreja. Vendría a ser la manera distrital de escuchar los movimientos astrales. También parece un caracol. Y un huevo frito. A la izquierda las palmas de cera.
domingo, enero 02, 2011
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2 comentarios:
Diríase, amigo Pedro, que ese coqueto planetario está destinado a observar a las palmeras de cera, o a escucharlas. Su altura y elegancia los sitúa a mitad de camino entre la tierra y el firmamento y su belleza los hace merecedores de tal arquitectura.
Me quedo con lo de caracol.
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