Estimados blogueros y anónimos, dentro de poco terminará el interludio al que nos vimos abocados por la pérdida del componente técnico del proyecto. La "fantasía" de las últimas semanas aterrizará con la mayor suavidad posible. El clima en la ciudad de Bogotá es ligeramente impredecible, la luminosidad de discoteca, y sus niveles de contaminación inaceptables. Apelando a la cacofonía, la aventura continua continúa.
martes, agosto 24, 2010
Día 279
Estimados blogueros y anónimos, dentro de poco terminará el interludio al que nos vimos abocados por la pérdida del componente técnico del proyecto. La "fantasía" de las últimas semanas aterrizará con la mayor suavidad posible. El clima en la ciudad de Bogotá es ligeramente impredecible, la luminosidad de discoteca, y sus niveles de contaminación inaceptables. Apelando a la cacofonía, la aventura continua continúa.
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4 comentarios:
He estado de vacaciones y te digo de veras que en una de las cosas que pensaba a la vuelta era en las fotografías de Bogotá que hubieras sacado entretanto. Siento mucho lo del robo, y me alegro enormemente de que puedas proseguir con tu proyecto pronto. De todas formas, si al final todo esto puede plasmar en un libro, las fotos de bases de datos que han cubierto este interludio (u otras parecidas y neutras) también pueden ser válidas, ¿por qué no?, como reflejo de ese suceso
En estos días se están celebrando las fiestas de San Sebastián de los Reyes, localidad aledaña a Madrid, en las que destacan los acontecimientos taurinos, tanto que se comparan con los que se desarrollan en las fiestas de San Fermín, Pamplona. Yo he tenido la fortuna de colaborar en ellos durante muchos años, en su plaza de toros. Me lo ha recordado esta imagen de la de Santamaría cuya construcción, creo, dicen que pudo estar inspirada en la de San Sebastián (sin Reyes).
Qué cosa tan interesante esta de las fiestas taurinas y sus significados.
Un saludo cordial.
Miguel, ¡sería una maravilla que algún editor caritativo se interesara por este proyecto! (No desecho la idea).
Javier, la plaza de toros de Santa María fue una intervención afortunadísima, pues demostró localmente (sin proponérselo) que el ladrillo estaba para grandes cosas. Algún día visitaré las plazas españolas, cuyos detalles y arte espero estar en condiciones de apreciar. Un saludo.
A tu aventura, si es continua, no le queda más alternativa que continuar. Saludos desde Lima.
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