
En 1952 M. C. Escher le dio sus cartas de nobleza a los charcos en sus bien llamado grabado
Puddle (
enlace), en el que con mucha gracia muestra el cielo y diferentes tipos de árboles reflejados entre huellas de pasos y neumáticos. Con esta foto, mezcla de autoretrato en agua de pozo urbano, hoy se despide en pleno guiño lumínico mi antigua cámara, que se ha estropeado. Hemos pasado de una Nikon a una Kodak, lo que en principio produce aprehensión. Sólo a partir de mañana se conocerán en este blog las verdaderas consecuencias del cambio...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario