jueves, noviembre 12, 2009
Día 18
Tiene los árboles las mañanas soleadas en el Parque de la Indepencia una muy particular manera de jugar con la luz, dejando pasar uno que otro rayo que se refla en manchas caprichosas con las que podría realizar hermosas composiciones un surrealista sin inspiración. La foto tal vez capta ese efecto sobrecogedor. ¿Lo hará con la marea de verdes? Me temo que la intensidad de los brillos impida ver la diversidad de tonos de la vegetación, producto de los urapanes, eucaliptos, palmas yuca y de cera, pinos candelabro y romerones, guayacanes, etc. ¿O sí? La imaginación es tan caprichosa, el recuerdo tan maleable, y las imágenes... Bueno, cuando uno no sabe manipular fotos y no está aportando pruebas para un juicio, las imágenes son de lo poco que resta a la hora de saber, de una vez por todas, si fuimos o no felices cierta mañana de noviembre de camino hacia el trabajo.
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