sábado, mayo 12, 2012
Día 836
La construcción de la iglesia de la Sagrada Pasión se remonta a finales de los años cuarenta, pero su historia es algo más larga. Comienza en los años veinte del siglo XX cuando los padres Gabriel Amezola y Juan María Etxeandia llegaron de Barcelona, tras desembarcar en Puerto Colombia, el 20 de marzo de 1927. En Bogotá, los jesuitas les ofrecieron albergue en su colegio de San Bartolomé, en donde vivieron un tiempo. Al principio pensaron instalarse en el santuario La Peña, donde les habían dicho que existió una residencia de capuchinos. Pero desistieron, entre otras por las razones que semejante nombre evoca: no había ni se podía sembrar nada. Su segunda alternativa fue la iglesia de la Sagrada Familia, a donde los dirigió un padre de la Pasión de María, a partir de lo cual es posible preguntarse si no habrán realizado una fusión en la 'Sagrada Pasión'. La capilla que allí encontraron, y en donde fundaron su parroquia, era de estilo gótico y de treinta por diez metros, cerca de las líneas de ferrocarril. El 25 de marzo se tomó posesión de este templo y se envió un cable indicando que ya se podía comenzar a integrar la primera comunidad. En el mes de junio llegaron con tal fin Salvador de la Cruz, Cipriano de San Agustín, Máximo de las Cinco Llagas y Narciso del nombre de María. Durante ese periodo hubo cierto apoyo por parte de las Hermanas de la Caridad de la presentación de San Facon, que son dominicas de la Presentación, quienes les dieron camas, lavabos, alimentos y objetos de culto como casullas, albas o roquetes. Un año después de fundada, la iglesia fue revocada, blanqueada, embaldosada y pintada con el dinero de un bazar organizado con tal fin. Pero el templo que hoy puede el avezado visitante contemplar, se comenzó a desarrollar en 1936, cuando diseñó sus planos el arquitecto Giovanni Buscaglione, quien también diseñó el antiguo Seminario Mayor de Medellín y la iglesia de Nuestra Señora del Carmen en La Candelaria. La obra comenzó el domingo 2 de mayo de 1948, cuando aún no se había cumplido un mes de los hechos del 9 de abril, y se bendijo el 4 de agosto de 1951, justo cuando la población tradicional del sector comenzó a emigrar en masa hacia el norte de la ciudad. (Texto adaptado de la reseña que le dedica al templo la Arquidiócesis de Bogotá, enlace).
Etiquetas:
Barrio San Victorino,
Calle Dieciséis,
Carrera Diecisiete,
Los Mártires
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Las iglesias -en su mayoría- tienen historias extraordinarias en su fundación, lástima que eso no ayude a ser creyente.
Besos.
Publicar un comentario