Observatorio personal con fines públicos del centro de la ciudad, entre las calles 1 y 72 y las carreras 1 y 30.
Me recordó el experimento del cristal roto: nadie toca el vehículo abandonado hasta que un cristal aparece roto, entonces todo el mundo cree tener permiso para violentarlo. Elucubro con la posibilidad de que pueda suceder lo mismo con las personas.Saludos, amigo Pedro.
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Me recordó el experimento del cristal roto: nadie toca el vehículo abandonado hasta que un cristal aparece roto, entonces todo el mundo cree tener permiso para violentarlo.
Elucubro con la posibilidad de que pueda suceder lo mismo con las personas.
Saludos, amigo Pedro.
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