lunes, mayo 23, 2011
Día 521
Lo mejor de esta venta ambulante es que funciona como la paranoia-crítica daliniana. ¿Qué más decir del encuentro fortuito entre Kiko y un tigre siberiano sobre un toldo cerca del páramo?
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2 comentarios:
Algunos puestos ambulantes se comportan como auténticos oasis, bien sean de color, de fantasía, de contrapunto,.. y, porqué no, de surrealismo.
"A mí no me metan en eso", dijo el orangután... Un abrazo Javier.
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