domingo, julio 08, 2012

Día 886

Un 8 de julio nació el célebre y reconocido autor casteltheodoriciano Jean de La Fontaine, de quien la historia conserva sus Fábulas. Fue sin embargo también un importante poeta y dramaturgo de corte moralista, junto a otras figuras de las letras francesas como La Rochefoucauld, Pascal, La Bruyère, Voltaire o Stendhal. Por supuesto, su intención no era dictar cátedra sobre lo bueno o lo malo, sino realizar una exposición crítica de las costumbres de su tiempo. De ahí las moralejas supremas que llegó a componer, entre las que se destaca la que albergan los versos que compuso para su epitafio:

"Jean s'en alla comme il étoit venu,
Mangeant son fonds après son revenu ;
Croyant le bien chose peu nécessaire.
Quant à son temps, bien sçut le dispenser :
Deux parts en fit, dont il souloit passer
L'une à dormir, et l'autre à ne rien faire."

Una traducción (enlace).

4 comentarios:

FJavier dijo...

El fondo de la calle aparece iluminado casi artificialmente, como si estuviera a punto de aparecer Gary Cooper.

Sugerente e inquietante imagen.

Un saludo, Pedro.

E. C. Pedro dijo...

Ser y aparecer terminan pareciéndose Javier. Como aficionado a la fotografía no tenga mayor problema con esa dualidad; pero es clave tenerla presente.

¡Muchos saludos!

lamarée dijo...

Las fuentes aparentes donde nace la ciudad son estas calles sin seres vivientes solo distorsionadas por la irrupción casi fantasmagórica de algún edificio esquinero donde se manifiesta el inicio del inicio, el comercio.

Unknown dijo...

En algo contribuyen las construcciones hechas por el hombre al paisaje, independientemente de lo bueno o malo que eso pueda ser, para el mismo paisaje. Me ha gustado mucho esta imagen, da la sensación de soledad que comienza a despabilarse.
Saludos Pedro.