miércoles, junio 13, 2012

Día 867

No te me vayas que yo ya vuelvo.

1 comentario:

FJavier dijo...

Me recordó el experimento del cristal roto: nadie toca el vehículo abandonado hasta que un cristal aparece roto, entonces todo el mundo cree tener permiso para violentarlo.

Elucubro con la posibilidad de que pueda suceder lo mismo con las personas.

Saludos, amigo Pedro.