lunes, agosto 16, 2010

Día 272 Te manda saludos (la dura) Bogotá

Hoy, como lo son a diario tantos bogotanos, fui víctima de un hurto a persona. La única pérdida fue la cámara, que desde el principio de este proyecto había decidido entregar si se presentaba este tipo de eventualidadad. Tendré primero que reponerla, pues me siento algo tuerto sin ella (es una manera de hablar, pues no sufrí ninguna violencia física). Por ahora habrá que tolerar el recurso a las bases de datos. En fin.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

se perdió la cámara... pero el fotógrafo sigue allí con los ojos pendientes de resaltar lo que de la realidad puede escaparsenos. Ándele, repóngala!! adelante.

pepa mas gisbert dijo...

Toleraremos tu recursos a las bases de datos, por otra parte, espléndidas.

FJavier dijo...

Aunque el valor de la cámara es sin duda insignificante comparado con el hecho de la integridad del fotógrafo, el acontecimiento me mueve a pensar ilusamente en la necesidad de una interpol que garantizase la seguridad de cuantos enriquecéis el internet con vuestra aportación. El ignorante ladrón no sospecha siquiera que haya robado mucho más que un objeto, una ventana al mundo. ¡Cuídate!

(Me has recordado el vídeo en el que se ve a Daido Moriyama haciendo fotografías callejeras de Tokio: http://www.youtube.com/watch?v=VViYphLJWOk&feature=player_embedded)

Anónimo dijo...

La poésie du blog d'E.C.Pedro a perdu son oeil, je suis heureux de découvrir qu'elle garde sa plume. Quant au poète, heureusement indemne, son oeil est toujours au service infatigable de sa poésie qui nous enchante.

E. C. Pedro dijo...

Anónimo: Así es no permitiré que se nos escape "ni el más mínimo detalle" ;)
Alma: Gracias por la paciencia y por todos estos días de compañía. Dicen que en las crisis económicas termina uno leyendo los libros que había comprado para más tarde, y que fueron a dar directamente a las estanterías de la biblioteca.
Javier: La experiencia de Moriyama es en efecto muy cercana a la mía (aunque viendo algunas de sus obras resulta flagrante el abismo de experiencia que nos separa). La ciudad (sus animales, su publicidad, sus marcos, su suciedad) son de sus habitantes... o son de nadie y se convierten en tierra de nadie. Que es lo peor que puede pasar.
Vu la myopie de M. Pedro, ton message est encore plus sympa que toute à l'heure. En ce qui concerne la poésie, ben "rien qui touche pas aux étoiles me concerne..." C'est une blague. Un abrazo.