jueves, julio 22, 2010

Día 248

Poca, casi ninguna atención se le ha prestado a estos lares, que se encuentran en el barrio Granada, como la ciudad de Lorca. La inclinación de esos techos carece de sentido en nuestras ciudades sin nieve, pero ¿a quién le importa? Más significativo es sin embargo que su existencia haya determinado el uso extensivo del ladrillo rojo, que tanto bien le ha hecho a la ciudad.

3 comentarios:

FJavier dijo...

Acostumbrado a tu Bogotá de esquinas redondeadas, aceras desgastadas y fachadas hospitalarias te confieso que esta tan llena de vértices, tan nueva y tan estirada me provoca cierta desubicación, quizá me reoriente esa red de cables que parecen atravesar invariablemente cada una de tus calles.
Saludos.

El peletero dijo...

Esto parece centro Europa.

Ardilla Viajera dijo...

Yo reconozco esa fachada facilito, no sé por qué, pero sé en dónde está... Tan pronto la vi, dije para mis adentros: "mis adentros, ésa casa sí que la conozco"