viernes, abril 30, 2010

Día 166


¡Hoy ha nacido la pequeña Abril!

jueves, abril 29, 2010

Día 165

He encontrado en el sitio de la Luís Ángel Arango el siguiente testimonio. Lo reproduzco en su totalidad, pues es muy representativo de la Bogotá de antaño. También ayuda a aclarar todas las dudas sobre por qué el Cerro del Cable se llama así:“Los encargados de las minas de carbón que quedaban en las carreras 3ª y 5ª Este con Calle 48, eran los Gutierrez y los Pinzón. De allá bajaban el carbón en unas góndolas que iban por el aire, en cables que llegaban casi hasta la Carrera 7ª. Mi hermano Carmelo era el que desocupaba la canasta y la mandaba de nuevo para arriba, que era cuando yo me subía a un barranco y con un brinco me prendía del cable. Cuando cogía cierta altura, me soltaba. Eso era un cable largo, haga de cuenta como un teleférico de Monserrate pero más pequeño y por eso es que a este lugar le dicen el Cerro del Cable. Yo por mi parte, fuí engabadora como mi mamá, o sea encarradora de ladrillos. Otros fueron horneros, mineros y así sucesivamente”.

miércoles, abril 28, 2010

Día 164

El de la Independencia es el primer parque propiamente dicho de la capital. Aunque existían plazas y jardines, sólo con su apertura en 1910 (es decir cinco lustros antes que el Nacional) Bogotá comenzó a contar con una verdadera zona verde. Quien haya visto las fotografías de la sabana antes de la expansión de la ciudad, habrá notado que había entonces poquísimos árboles. Por la tala excesiva, un lugar en sus orígenes selvático se había convertido en una tundra. De ahí la importancia, digamos mística, del Parque de la Independencia. En la imagen se aprecia la parte alta, que no fue afectada por la furia demoledora del alcalde Mazuera, quien sacrificó toda su franja meridional para construir una avenida que terminaba en un potrero en el piedemonte del páramo. Entre las plantas de la imagen se destacan el eucalipto centenario y las tres palmas de cera en plena adolescencia.

martes, abril 27, 2010

Día 163


Esta casa, ubicada en la carrera Séptima con calle Veinticuatro, debe tener una historia llamativa. Se encuentra de hecho alejada de las zonas coloniales, en particular de La Candelaria, que su aspecto evoca. Mi explicación es que hasta la construcción de la Avenida Veintiséis esta zona de la ciudad era prestante y prometedora, de modo que muchos bogotanos acaudalados la consideraron como un sitio semicampestre ideal para vivir. Tras la excavación del citado viaducto a manos del alcalde Mazuera y sus secuaces, y con la consiguiente amputación y desaparición de los parques de la Independencia y Centenario, el área se convirtió en un sitio "teso", que en la actualidad sigue siendo una importante zona roja de prostitución masculina y de venta de drogas. La Biblioteca Nacional, algunos metros más arriba, se eleva solitaria y desconcertada, exigiendo a gritos más cuidado a la hora de emprender megaproyectos.

lunes, abril 26, 2010

Día 162

De mansarda vinotinto y muros grises, sobresale el edificio del Instituto Técnico Central, de los años 1920. El lugar, con un patio lo suficientemente grande como para albergar canchas de baloncesto y voleibol, tiene una sencilla entrada de un piso sobre la Avenida Trece. Al fondo, el fiel cerro de Monserrate.

domingo, abril 25, 2010

Día 161

En estos tiempos el sol viene y se va, más caprichoso que nunca. Entonces la cazería del color se agudiza. El encuentro del verde con el rosado es casi surrealista. Eso pensaba. Y ahora me pregunto qué se habrá hecho la gente de esa cuadra. Sea lo que sea, nada tuve que ver.

sábado, abril 24, 2010

Día 160

Existen en esta foto, además de la del cielo, dos franjas: la de de los cerros y aquella de los edificios. A la izquierda la mancha verde se cuela entre la roja. Es el parque Gustavo Uribe Botero. Viéndolo siento que me he vuelto más optimista. En efecto, su presencia me alegra, y por poco olvido la tristeza de ver cómo no parecen tener fin las infracciones al mandamiento: "No construirás en los cerros". En este sector, situado entre las calles Sesenta y ocho y Setenta y dos, y entre la avenida Circunvalar y la carrera Cuarta tiene el mérito notable de haber sido poblado con edificios de arquitectura bien lograda.

viernes, abril 23, 2010

Día 159

¡Fantásticas son las esquinas, mucho más las curvas!

jueves, abril 22, 2010

Día 158

El teatro San Jorge es una aparición cobalto en una zona como deprimida. Situado en los barrios occidentales de la Plaza de Bolívar, sufrió la dcadencia de los años setenta, ochenta y principios de los noventa. Conservarse es su mayor virtud, en particular su fachada, pues el interior sí fue arrasado en 1999, (el año en que murió Kubrick).

miércoles, abril 21, 2010

Día 157

- Caballero, ¿qué opinión le merece la llegada de la estación de lluvias?
- Pues vea señorita, yo pienso lo contrario...

lunes, abril 19, 2010

Día 156



Hermanos blogueros, con el nombre que le hemos buscado a este espacio de difusión gráfica, es imposible que de vez en cuando no actuemos cual agencia de promoción turística. La entrada de hoy, en efecto, tiene como fin promover las visitas a Bogotá mostrando lo bella que quedó la fachada del Museo Nacional, el más antiguo y uno de los más grandes del país. Venez nombreux !

domingo, abril 18, 2010

Día 155

Bogotá, calle Quince con carrera Dieciséis.

sábado, abril 17, 2010

Día 154

Generadores automáticos de acetileno a carburo, tanques, cabezotes, tejos en acero, bosines, argollas, boliranas, molinos, estufas, servicio de torno, compresores y demás herramientas nacionales e internacionales. Un verdadero manjar para Perec, autor de "Las cosas".

martes, abril 13, 2010

Día 153

Luces con la cámara en movimiento extremo durante unos días de gran agitación.

domingo, abril 11, 2010

Día 152


La Plaza España de Bogotá sufrió durante años un uso que impidió contemplar las interesantes construcciones de su marco. Esta casa, que con base en mis cortos conocimientos llamaré republicana, se encuentra en la carrera Dieciocho, bien al occidente de la Plaza de Bolívar. Pese al fuerte deterioro, las mejoras en el parque (ver Día 134) han logrado su cometido de darle un nuevo aire al entorno.

sábado, abril 10, 2010

Día 151

De nuevo el cerro de Monserrate, ahora desde el sector de Germania, muy cerca del límite con el barrio Las Aguas. Ha sido un placer.

viernes, abril 09, 2010

Día 150

Hace poco supe que la figura de la foto corresponde al rostro de Mercurio, el dios mensajero. Se encunetra en el edificio que le da fama al Pasaje Hernández. No le va del todo mal la antenita que le han puesto al lado.

jueves, abril 08, 2010

Día 149

Hoy la informática se ha puesto a favor de la fotografía. Reflexionando sobre las causas de la imagen, advertí que no contaba con suficiente contexto para identificar las coordenadas del lugar. Tras un microsegundo de angustia ante el temor de no dar con la calle y la carrera en la que se encuentra, digité en un buscador "electro+cab+bogota" y en menos de lo que todos sabemos accedí a la información exacta. Lo más interesante de todo es sin embargo la anterior reflexión, que traiciona mi edad: soy de la última generación que conoció el mundo sin internet.

miércoles, abril 07, 2010

Día 148

Es de veras pintoresca esta zona del barrio Las Aguas. Fue en los oscuros años ochenta menos traumatizado por la decadencia generalizada del Centro, gracias en parte a la presencia de la Universidad de Los Andes. Con el ladrillo del reciente Eje Ambiental el conjunto puede llegar a ser pintoresco en extremo. A la izquierda se aprecia el cerro de Moserrate, que mira la ciudad incrédulo.

martes, abril 06, 2010

Día 147

Lo mejor de la teoría de las ventanas rotas es su nombre.

domingo, abril 04, 2010

Día 146


El tiempo y el abandono han sido poco eficaces contra este negocio, que parece mantenerse intacto desde los tempos de Th. Edison.

sábado, abril 03, 2010

Día 145

Hay miles, tal vez decenas de miles. Pero por alguna extraña razón son difíciles de fotografiar, las incomprensibles palomas.

jueves, abril 01, 2010

Día 144

Hoy, primero de abril, día del comentario sutil, someto mi propuesta de bandera de Bogotá para el siglo XXI. Se respetan los colores de la original, eso sí, y el águila que quiere volar.